La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que tuvo lugar entre 1910 y 1920 en México y que buscaba transformar las estructuras políticas, económicas y sociales del país. Las causas de esta revolución son múltiples y se pueden agrupar en tres categorías principales: políticas, económicas y sociales.
Porfiriato: El Porfiriato (1876-1910) fue un periodo de 34 años en el que el general Porfirio Díaz gobernó México de manera autoritaria. Durante su mandato, Díaz consolidó su poder a través de la represión de la oposición y la censura de la prensa. La falta de democracia y la perpetuación en el poder de Díaz generaron descontento en amplios sectores de la sociedad mexicana.
Sucesión presidencial: En 1908, Díaz declaró en una entrevista que México estaba listo para la democracia y que no se presentaría a las elecciones de 1910. Sin embargo, cambió de opinión y decidió postularse nuevamente, lo que generó descontento entre sus opositores y propició la formación de movimientos políticos en su contra.
Desigualdad económica: Durante el Porfiriato, México experimentó un crecimiento económico significativo gracias a la inversión extranjera y al desarrollo de la industria y la infraestructura. Sin embargo, los beneficios de este crecimiento no se distribuyeron equitativamente y la mayoría de la población vivía en condiciones de pobreza o extrema pobreza.
Concentración de la tierra: El modelo económico del Porfiriato favoreció la concentración de la tierra en manos de unos pocos terratenientes y empresas extranjeras. Esto dejó a millones de campesinos sin tierras para cultivar y generó tensiones sociales en el campo.
Dependencia económica: La economía mexicana durante el Porfiriato estaba fuertemente vinculada a la inversión extranjera, principalmente de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Esta dependencia económica generó resentimiento entre la población y fue una de las causas de la Revolución.
Injusticias sociales: La desigualdad económica y la concentración de la tierra generaron una serie de injusticias sociales, como la explotación laboral, la falta de acceso a la educación y la marginación de comunidades indígenas. Estas condiciones de vida precarias fueron el caldo de cultivo para el descontento social y la movilización de distintos sectores de la sociedad en busca de un cambio.
Influencia de ideas revolucionarias: A principios del siglo XX, las ideas revolucionarias y socialistas, como las de la Revolución Rusa o la Revolución Cubana, comenzaron a influir en la sociedad mexicana. Estas ideas inspiraron a líderes como Emiliano Zapata y Pancho Villa a luchar por un cambio social y político en México.
En resumen, la Revolución Mexicana fue el resultado de una serie de causas políticas, económicas y sociales que se gestaron durante el Porfiriato y que evidenciaron la necesidad de un cambio profundo en las estructuras de poder y en la distribución de la riqueza en México. Líderes como Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Pancho Villa y Venustiano Carranza, entre otros, encabezaron esta lucha que transformó el país y sentó las bases para la creación del México moderno.